martes, abril 25, 2006

Lo que no ves

Veía la cortina de la puerta de la terraza revolotear entre la luz de las velas, su sombra proyectada en la pared se entrelazaba con el humo de su cigarro formando ríos de nada. Podía sentir el peso de su mirada recorriendo mi cuerpo inerte derrotado en el sofá.
-Relájate... no tienes que estar a la defensiva conmigo, no pasará nada, de verdad. Mejor te traigo otra, así te animas.
Oí sus pasos alejarse mientras mi mano agotada dejaba caer la copa sobre la alfombra, cerré los ojos y entró el vacío.
Volví en si, recorría mi cuerpo como una hiena recorre su carroña, su aliento como cristales rotos atravesaba mi piel y sus manos abrieron paso a mi perdición. Abandoné mi cuerpo a su destino por las lágrimas silenciosas que corrían mejilla abajo, una por cada vez que él golpeaba con fuerza contra mi, y allí, alejada de mi misma permanecí a la espera de que saciara su sed y abandonara mi cuerpo para poderlo recoger con cuidado y juntarnos otra vez.
-Eres la criatura más hermosa que jamás vi, me vuelves loco.

Resonaban sus palabras en mi cabeza mientras veía mi decadente reflejo en un espejo roto, las cicatrices me desfiguraban por completo el alma pero él eso era incapaz de apreciarlo como era incapaz de ver a través de mi mirada.

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