lunes, abril 03, 2006

Chuminadas primaverales

Aquí estoy, lunes, un día más, intentando sacarme de la cabeza a un tío que andará más preocupado del fútbol y pasarse algún juego de la play que de mi humilde existencia, a la espera de una señal divina que me de alguna pista de como cambiar eso (estupidez femenina, siempre pensando que se puede cambiar). Mientras le doy vueltas maquiavélicas a mi cabeza sin obtener resultado alguno me doy cuenta del desperdicio de tiempo y energía que estoy haciendo y llego a los mismos callejones sin salida de siempre. ¿Porque resulta tan complicado? ¿Será cierto que lo complico yo?

A veces me imagino el futuro con un súper ordenador del amor, él sabe toda tu vida, la de todos, va procesando información y mediante unas incomprensibles fórmulas matemáticas saca la solución final, tu media naranja (que habla otro idioma, vive en otra galaxia, en otra época, es de una especie físicamente incompatible y tiene una enfermedad mortal que le da pocos días de vida) ¡existe! ¡Que alivio!
De momento tendré que esperar a que la ciencia avance y ser partícipe de otro capítulo del "ritual de apareamiento del ave rapaz", como lo llama una buena amiga, y es que uno tiene que sacarse mínimo un máster para que todo funcione, luego haces las prácticas y la metes hasta el fondo. Mientras, mis amigos, casados, juntados o de vuelta de todo disfrutan de mis cuentos baratos de adolescente atrapada, yo sigo sin ubicarme entre tanto reglamento y terminando expulsada del campo. A lo mejor, este juego no es para mi, a lo mejor debería seguir de una vez por todas las pautas, a lo mejor... pero de momento sigo igual y aprovechando la llegada de la primavera, envuelta en un manto de esperanza y polen, antihistamínico en mano me lanzaré a la batalla.

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