jueves, mayo 18, 2006

Desayuno con Diamantes

Amaneces un día, croissant en mano, viendo pasar delante de tu resacosa mirada tus sueños, esos que te hicieron tener ganas de vivir, esos que te dieron la fuerza para dar la espalda a tu destino y emprender el camino de tu felicidad. Entonces ves tu reflejo en un cristal, eres otra persona, parece que tus sueños se han cumplido y que conseguiste lo que tanto deseabas pero te escondes tras unas enormes gafas que no dejan ver más allá de la superficie. La soledad y el fracaso, todas tus frustraciones envueltas en una perfecta sofisticación de frivolidad que cautiva y despierta el interés de todos cuantos pasan a tu lado, y cuando llegas a casa, desnuda de apariencias, hasta el último rincón respira a vacío. Solo tu gato lo sabe, reflejo de tu realidad que prefieres mantener alejada de ti para seguir viviendo un sueño de aire, pero cuando sople el viento y la lluvia se lleve tu maquillaje solo quedareis tu y él porque cuando la realidad despierta los sueños, desaparecen los extras y quedan los verdaderos protagonistas que, rara vez, son más de uno y uno mismo.

Tras escribir esto mi gato se acercó y me mordió sin compasión para luego mirarme espectante, ¡¿Devería entenderlo como un "mordisco de realidad"?! Coincidencia... quizás solo pienso demasiado pero la cruda surrealidad me aturde.

jueves, mayo 11, 2006

YO TONTA

ADVERTENCIA: LA INFORMACIÓN FACILITADA A CONTINUACIÓN ES LARGA Y TENDIDA, SI NO ESTÁ HABITUADO A ESTA LECTURA RECOMENDAMOS NO SE AVENTURE HEROICAMENTE ANTE EL TEXTO, PODRÍA PROVOCARLE DAÑOS IRREVERSIBLES.
LA IGNORANCIA PARCIAL DEL CONTENIDO IMPIDE LA CORRECTA COMPRENSIÓN DE TODA REALIDAD.
SI QUIERE ESTAR MAL INFORMADO, MEJOR LEA UN PERIÓDICO.

Atentamente,
La borde in the Dark :p


Era un bonito día de verano, los rayos de sol sonrosaban mis blanquecinas mejillas mientras exhalaba mi última calada del aún no mal visto tabaco. Apoyada en la puerta de la tienda veía pasar el desfile incesante de transeúntes sedientos de consumismo cuando uno de ellos detuvo su paso y decidió poner su granito de arena a mi surrealista existencia.

Era un hombre de unos 40 años, vestía un traje con la corbata bien ceñida y zapato fino. Mirando por encima del hombro preguntó por un diminuto vestido de lycra que colgaba en el escaparate, entré en la tienda y se lo mostré, me preguntó si se lo podía probar, asentí con la cabeza y le acompañé al probador.
Instantes después salió abrochándose el pantalón.
- No me entra.
Sonreí amablemente y me disculpé por tener el tallaje demasiado pequeño.
- ¿Me podría probar un tanga?
- No, lo siento, la ropa interior no puede probarse además es muy pequeño. ¡No me entran ni a mi!
Sonrió mientras me observaba atentamente.
- Tienes una cara fascinante, yo de esto entiendo mucho, no por ser gay, soy cirujano plástico. ¡Qué pena por eso!
- ¿Que pena qué?
Alzó su mano a mi barbilla levantándome la cabeza.
- ¡Que pena que estés tan hinchada! ¿No vas bien al baño?
- ¡¿Perdón?!
- ¡Ven acércate más! Quiero verte de cerca todo el cuerpo.
Me eché a reír y le dije que no hacía falta, que iba muy bien al baño.
- ¡Pero niña! ¡¿Quién te crees que soy!? Soy médico, me paso el día viendo mujeres desnudas, parece que tengas 15 años. ¡Haz el favor!¡Estás muy hinchada! Lo tuyo no es grasa, tienes un problema de retención de líquidos, mañana te traeré una cosa, te la tomas y vas a perder todo lo que te sobra.

Allí mi perplejidad pasó a interés. ¡El extraño travesti-gay me estaba ofreciendo la posibilidad de tener un cuerpo estupendo! Y ante eso, olvidé por completo lo absurdo de las circunstancias.


- Bájate el pantalón. ¡Seguro que tienes celulitis!
- ¡Sí, sí tengo, mucha! Pero no voy a bajarme el pantalón.
- ¡Niña! Ya estamos otra vez con tonterías. ¿¡Que te crees que tienes tu que no tiene cualquier otra!?

Y con esas absurdas palabras me bajé el pantalón. Se agachó y mientras apretaba mis muslos de abajo a arriba con toda seriedad soltó:
- Tienes un culo muy bonito, sí, unas formas muy bonitas en todo el cuerpo, tenemos que arreglar lo de la hinchazón y estarás perfecta.

De repente me ruboricé por completo, aunque en la playa enseñara mucho más, por muy médico que fuera, por muy travesti y por muy gay, tenía a un tío con sus manos en mis caderas opinando de mi culo y me di cuenta de que solo alguien tan estúpido como yo podía terminar en situaciones tan absurdas como esa.
Me subí el pantalón con rapidez y la mirada clavada en la puerta.

- Déjame tus manos.
- No, déjalo, ya entendí, estoy hinchada.
Clavó su mirada en mis ojos mientras me cogía de la mano.
- ¡Bésame! Me gustas. No suelo sentirme atraído por ninguna mujer pero tu me excitas mucho. Conmigo descubrirías de verdad placeres que ni te imaginas, pero claro, tu tienes que entender que como gay yo necesitaría a cambio que estuvieras dispuesta a darme placer a mi. ¿Que tal si te llevo a cenar esta noche? A algún sitio especial, para que te sientas cómoda. Luego podemos ir a mi casa, tengo una casa aquí cerca.
- No, lo siento, creo que lo dejaremos aquí, ya fue bastante.
- Mi piso tiene 10 habitaciones, sin tener en cuenta las del servicio, yo no estoy nunca aquí, vivo en Argentina todo el año, porque no te mudas, podrías cuidarlo y alquilar las habitaciones por días, si quieres.
- Sí, estaría muy bien pero me gusta donde vivo, gracias.
Contesté con desprecio, apartando la mano.
- Como quieras. Mañana te traigo eso para tu hinchazón entonces, no pasa nada.
- Está bien, gracias. Tengo trabajo, si me disculpas...
- Hasta mañana entonces.
-Adiós.

Y se quedó tan ancho. Salió con paso tranquilo por la puerta en busca de alguna otra idiota que le siguiera el rollo mientras yo, empezaba a ser consciente de lo ilimitada que es mi estupidez.

martes, mayo 02, 2006

Levántate y anda

Veo brotar tus lágrimas de lo más hondo de tu alma, te ahoga el aire que te envuelve, tu voz suena tan amarga mientras tu frágil cuerpo tiembla con el agujero negro que te traga.
Se me estremece el corazón de no ser capaz de tener las fuerzas necesarias par arrancar tu pena y lanzarla. ¡Llora de dolor mi niña! ¡Llora con rabia! Pero cuando el sol alumbre por la mañana abre tus ojos al mundo, de par en par tu mirada, no te aferres a los sueños rotos de una adolescente cegada, y barreremos los escombros, me los llevaré cuando me vaya.
Y volveré, cuantas veces haga falta, para arrancarte una sonrisa con mis tonterías diarias, para peinar tu fino pelo y que te sientas más guapa, para todo cuanto tu quieras, mientras no pierdas la esperanza. Porque yo no se hacerlo mejor ni decirte lo que hace falta, porque hoy no hay palabras en el mundo que puedan parar esta bala pero sácala cuando puedas, no dejes que te invada y curaremos la herida con todo lo que haga falta para que cuando llegue el momento, de nuevo arda tu llama.