jueves, mayo 11, 2006

YO TONTA

ADVERTENCIA: LA INFORMACIÓN FACILITADA A CONTINUACIÓN ES LARGA Y TENDIDA, SI NO ESTÁ HABITUADO A ESTA LECTURA RECOMENDAMOS NO SE AVENTURE HEROICAMENTE ANTE EL TEXTO, PODRÍA PROVOCARLE DAÑOS IRREVERSIBLES.
LA IGNORANCIA PARCIAL DEL CONTENIDO IMPIDE LA CORRECTA COMPRENSIÓN DE TODA REALIDAD.
SI QUIERE ESTAR MAL INFORMADO, MEJOR LEA UN PERIÓDICO.

Atentamente,
La borde in the Dark :p


Era un bonito día de verano, los rayos de sol sonrosaban mis blanquecinas mejillas mientras exhalaba mi última calada del aún no mal visto tabaco. Apoyada en la puerta de la tienda veía pasar el desfile incesante de transeúntes sedientos de consumismo cuando uno de ellos detuvo su paso y decidió poner su granito de arena a mi surrealista existencia.

Era un hombre de unos 40 años, vestía un traje con la corbata bien ceñida y zapato fino. Mirando por encima del hombro preguntó por un diminuto vestido de lycra que colgaba en el escaparate, entré en la tienda y se lo mostré, me preguntó si se lo podía probar, asentí con la cabeza y le acompañé al probador.
Instantes después salió abrochándose el pantalón.
- No me entra.
Sonreí amablemente y me disculpé por tener el tallaje demasiado pequeño.
- ¿Me podría probar un tanga?
- No, lo siento, la ropa interior no puede probarse además es muy pequeño. ¡No me entran ni a mi!
Sonrió mientras me observaba atentamente.
- Tienes una cara fascinante, yo de esto entiendo mucho, no por ser gay, soy cirujano plástico. ¡Qué pena por eso!
- ¿Que pena qué?
Alzó su mano a mi barbilla levantándome la cabeza.
- ¡Que pena que estés tan hinchada! ¿No vas bien al baño?
- ¡¿Perdón?!
- ¡Ven acércate más! Quiero verte de cerca todo el cuerpo.
Me eché a reír y le dije que no hacía falta, que iba muy bien al baño.
- ¡Pero niña! ¡¿Quién te crees que soy!? Soy médico, me paso el día viendo mujeres desnudas, parece que tengas 15 años. ¡Haz el favor!¡Estás muy hinchada! Lo tuyo no es grasa, tienes un problema de retención de líquidos, mañana te traeré una cosa, te la tomas y vas a perder todo lo que te sobra.

Allí mi perplejidad pasó a interés. ¡El extraño travesti-gay me estaba ofreciendo la posibilidad de tener un cuerpo estupendo! Y ante eso, olvidé por completo lo absurdo de las circunstancias.


- Bájate el pantalón. ¡Seguro que tienes celulitis!
- ¡Sí, sí tengo, mucha! Pero no voy a bajarme el pantalón.
- ¡Niña! Ya estamos otra vez con tonterías. ¿¡Que te crees que tienes tu que no tiene cualquier otra!?

Y con esas absurdas palabras me bajé el pantalón. Se agachó y mientras apretaba mis muslos de abajo a arriba con toda seriedad soltó:
- Tienes un culo muy bonito, sí, unas formas muy bonitas en todo el cuerpo, tenemos que arreglar lo de la hinchazón y estarás perfecta.

De repente me ruboricé por completo, aunque en la playa enseñara mucho más, por muy médico que fuera, por muy travesti y por muy gay, tenía a un tío con sus manos en mis caderas opinando de mi culo y me di cuenta de que solo alguien tan estúpido como yo podía terminar en situaciones tan absurdas como esa.
Me subí el pantalón con rapidez y la mirada clavada en la puerta.

- Déjame tus manos.
- No, déjalo, ya entendí, estoy hinchada.
Clavó su mirada en mis ojos mientras me cogía de la mano.
- ¡Bésame! Me gustas. No suelo sentirme atraído por ninguna mujer pero tu me excitas mucho. Conmigo descubrirías de verdad placeres que ni te imaginas, pero claro, tu tienes que entender que como gay yo necesitaría a cambio que estuvieras dispuesta a darme placer a mi. ¿Que tal si te llevo a cenar esta noche? A algún sitio especial, para que te sientas cómoda. Luego podemos ir a mi casa, tengo una casa aquí cerca.
- No, lo siento, creo que lo dejaremos aquí, ya fue bastante.
- Mi piso tiene 10 habitaciones, sin tener en cuenta las del servicio, yo no estoy nunca aquí, vivo en Argentina todo el año, porque no te mudas, podrías cuidarlo y alquilar las habitaciones por días, si quieres.
- Sí, estaría muy bien pero me gusta donde vivo, gracias.
Contesté con desprecio, apartando la mano.
- Como quieras. Mañana te traigo eso para tu hinchazón entonces, no pasa nada.
- Está bien, gracias. Tengo trabajo, si me disculpas...
- Hasta mañana entonces.
-Adiós.

Y se quedó tan ancho. Salió con paso tranquilo por la puerta en busca de alguna otra idiota que le siguiera el rollo mientras yo, empezaba a ser consciente de lo ilimitada que es mi estupidez.

3 comentarios:

Jack dijo...

...permíteme que me ria...la situación es bastánte cómica...hay cada técnica para mojar que es para alucinar...y también cada crédula :D...

saludos ;)

el Biter dijo...

La historia es basante flipante O_O

Anónimo dijo...

La història està molt bé, però no creus que per més suposat gay, suposat metge i suposat baixet travestit el que volia el paio era magrejar-te una estoneta ?! Que ja fa temps que hauries de deixar de tant en tant lo lliri a casa. Do re més, mos veiem